Sobre Mi
Conoce un poquito de mi historia
y quién soy
¡Feliz día, feliz tarde, feliz noche y buenas vibraciones!
Soy Natasha Quiñones. Mujer, madre, esposa y por sobre todas las cosas un ser humano que vive y aprende.
Nací un lunes 13 de febrero de 1984 en Montevideo, Uruguay.
Mis primeros años de vida no fueron los mejores. Los conflictos entre mis padres y el consumo de drogas que ellos atravesaban eran parte de mi paisaje habitual.
Cuando tenía 5 años mis padres fueron diagnosticados VIH positivo y aunque no me hablaron francamente de esa situación hasta mis 12 años, yo ya lo sabía y seguramente fue la intuición que los niños tienen, así como las conversaciones de “pasillo” que escuchaba a diario.
Pasé la mayor parte de mi infancia a cargo de mi abuela materna y gracias a ella estudié piano, instrumento que amo con el alma y que por siempre me conectará con mi esencia.
En mi adolescencia todo empezó a oscurecerse, mi padre de corazón murió, pasé, de vivir en el campo, en una gran casa rural a establecerme en la capital, en un apartamento sobre una avenida. Me deprimí mucho, pues fueron muchos cambios dolorosos los que experimenté. Fue entonces que comencé a tener contacto con drogas y alcohol.
Mi madre apenas podía consigo misma y todo iba en picada. Como verás, soy hija única y el matriarcado era parte de mi vida. Pero a pesar de la oscuridad, el Universo siempre nos tiene preparados caminos de luz.
A mis 17 años hubo 2 acontecimientos que fueron los que comenzaron a despertar un cambio en mí: el primer cambio fue doloroso… mi mejor amiga fue asesinada… El segundo, fue comenzar a practicar la meditación.
En el 2003 fui mamá de Julieta. Con ella descubrí lo que es amar verdaderamente. Más tarde en el tiempo conocí a mi compañero de vida, esposo actualmente y con el que hemos construido una vida juntos. Nos propusimos vivir de lo que queríamos y alejarnos cada día más del miedo y las inseguridades.
En el camino de estos 13 años juntos, tuvimos dos hijas más: Maia y Francesca. Además de aprender como padres, somos eternos buscadores de nuestra realización y de nuestros propósitos de vida, como individuos y como familia.
A mis 26 años tuve mi primer contacto con los Registros Akáshicos a los que yo llamo Memorias del Alma. Como efecto dominó, una cosa fue llevando a la otra. Fue así que ese mismo año me formé como lectora y comprendí que era lo que quería hacer por el resto de mis días.
Gracias a las Memorias del Alma fui encontrando mi propósito. Me formé como profesora de Yoga y más adelante en el tiempo fui profundizando en otros temas como la BioNeuroEmoción, la Programación Neurolingüistica, el estudio del Árbol Genealógico y el Lenguaje no verbal, herramientas en las cuales me formé académicamente y que hoy aplico con las personas que llegan a mis consultas.
En el año 2015 me formé como Maestra de Registros Akáshicos en Buenos Aires, Argentina y a partir de ese momento he formado a cientos de personas como lectores de las Memorias del Alma.
Hoy sé que todo lo vivido en la niñez y adolescencia ha sido el motor impulsor para hacer lo que hago. Ayudando e impulsando a muchas personas para que den ese salto hacia un cambio verdadero y satisfactorio.
Pasaron algunos años y al comienzo de la Pandemia tomamos la decisión de hacer un cambio radical en nuestras vidas, tanto desde lo personal como en lo laboral. Fue entonces que decidimos dejar nuestros trabajos «formales» y para dedicarnos enteramente a los Registros Akáshicos, la meditación, la PNL y el estudio del Árbol Genealógico.
Cuando uno se aleja del miedo y trabaja en sus creencias limitantes, logra animarse a generar cambios que lo acerquen a su propósito de vida.
El año pasado (2021) comencé junto a mi familia a buscar nuevos destinos para vivir. Fue así que conocimos México y aunque vivimos poco tiempo allí, tuvimos la fortuna de aprender sobre su cultura, su gente y las bellezas naturales del lugar.
Luego llegamos a España, lugar en el que descubrimos diferentes matices culturales. Hicimos nuevas relaciones, vivimos la experiencia de vivir en Europa, conocimos personas y lugares, pero por algún motivo que descifraremos más adelante, la vida nos comenzó a colocar en un embudo que nos dirigía nuevamente a mi país de origen, Uruguay. Y así fue que en diciembre del 2023, cuando íbamos a pasar las vacaciones en el balneario la Floresta, lugar en donde presenté mi primer libro, decidimos quedarnos a vivir.
Volver a comenzar ha sido todo un desafío tanto personal como familiar, pero lo más importante de todo es que poco a poco voy sintiéndome yo misma, porque realmente no se trata de donde uno vaya, sino de cómo uno se sienta. Aquí es donde pertenezco y es donde quiero vivir el tiempo que tenga en esta vida.
Desde aquí continúa mi trabajo, llegando a muchos países del Mundo y formando a personas que han generado grandes cambios en sus vidas.
Hoy, luego de haber recorrido un camino lleno de luces y sombras, puedo decir con absoluta seguridad que todo lo que nos sucede está sujeto a un plan divino que intenta mostrarnos la manera de liberarnos de todo lo que nos haga daño. Solo es cuestión de observar lo que nos sucede, de escucharnos más y ser más objetivos en cada situación que se presenta.
Recuerda: Cuando te enfrentes a lo que hay en tu interior, aceptes y observes todo lo que hay en ti, ya nada impedirá que generes un cambio cuántico en tu vida.
Todo lo que has atravesado tiene un cometido, ya sea de esta vida o de otras
Mi vida, tu vida, el lazo que nos unirá eternamente por el simple hecho de que estés leyendo estas líneas, todo lo que nos rodea, todo lo que tenemos en nuestro interior. Todo es parte de todo.
Aprendí que la receta es amar el camino y soltar el objetivo