«Durante muchos años el Buda se dedicó a recorrer ciudades, pueblos y aldeas impartiendo la enseñanza, siempre con infinita compasión. Pero en todas partes hay gente aviesa y desaprensiva. Así, a veces surgían personas que se encaraban al maestro y le insultaban acremente.
El Buda jamás perdía la sonrisa y mantenía una calma imperturbable. Hasta tal punto conservaba la quietud y la expresión del rostro apacible, que un día los discípulos, extrañados, le preguntaron:
-Señor, ¿cómo puedes mantenerte tan sereno ante los insultos?
Y el Buda repuso:
-Ellos me insultan, ciertamente, pero yo no recojo el insulto.»
☯ FIN
Esta historia la compartía a diario en mis clases de Yoga 🧘 y Meditación, pues es la historia perfecta para comprender que los enfados o cualquier otro estado emocional, son siempre con uno mismo.
Lo que otro nos diga, ya sea un insulto o un alago, no debería de desviarnos de nuestro objetivo más divino y profundo que es encontrar la paz 🕉 en nuestro interior.
Muchas veces nos encontramos ante situaciones realmente inexplicables que de alguna manera nos hacen tambalear en lo que nos sucede. La imperturbabilidad del Buda es algo que tendríamos que practicar a diario en nuestra vida.
El Buda es y será un gran maestro de la humanidad. Es por ese motivo que siempre me gusta compartir este tipo de texto para que podamos poco a poco tomar conciencia de que somos mucho más que un cuerpo físico y que nuestras emociones son muchas veces las que nos dominan.
La calma se encuentra en nuestro interior, por que solo allí es donde tenemos control. Cuando lo que sucede en el exterior tiene la capacidad de hacernos tambalear, la respiración consciente y la meditación pueden ayudarnos a volver a nosotros mismos.
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La imperturbabilidad del Buda es una filosofía de vida.
Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer estas líneas,
Un abrazo,
Natasha 💜
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